Antes muerto que si mi radio....

¿Qué me llevaría a una isla desierta? Pues evidentemente una emisora. ¿A qué pensabais que iba a decir un móvil 3G? pues no, una emisora.

La verdad es que la dependencia que tenemos en la actualidad de los dispositivos móviles esta rayando la locura, o diría mejor, la estupidez. Quién de nosotros no se siente solo sin su móvil con conexión a internet, más de uno dependemos en exceso de nuestro móvil, esa sensación que esta vibrando, “el síndrome de la vibración fantasma”.

Tenéis que ver como las relaciones personales se degradan, la comunicación oral desaparece, todos vamos con la cabeza hacia abajo, mirando nuestros móviles, las llamadas REDES IN-SOCIALES.

En una isla desierta no hay una estación GSM, para conectar a la celda correspondiente, por lo que con un equipo de HF una batería y una pequeña placa solar podrían contactar con todo el mundo, simplemente con un par de hilos entre los cocos de una palmera. Ya sé qué vais a decir que no tengo internet, pero no todo está en la NUBE, los amigos se hacen por el éter, pero no en 3G, sino hablando o en telegrafía.

Las aplicaciones de móviles crean adicción, algunos radioaficionados también son adictos, a los concursos, a los DX, a los montajes, a las antenas, pero esta adicción no es tan absorbente como la telefonía móvil, que te hace llevar encima las 24 horas del día tu terminal, revisando a todas horas si te han enviado un correo, un whatsapp, un twitter o un SMS.

Con la radio en la isla tendría cubiertas mis necesidades básicas, que serian pedir socorro por todas las bandas, hasta que me sacaran de ella, para coger mi móvil y ver si alguien me ha escrito o llamado.

Moraleja, usa la tecnología no que la tecnología te use a ti.

Seguir haciendo radio merece la pena.