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sábado, 8 de noviembre de 2008
HISTORIAS DE RADIO-INSTALACION DE ANTENAS II
Vamos a contar el final de la historia de EA5TS, Jose, Sugar que es como le gusta que le llamen en radio sus colegas, actualmente ya no vive en la comunidad de la historia, disfruta de la radio en un chalet con su antena en lo alto y sin explicaciones a nadie.
Lo dicho la segunda parte y el final de la historia.
Que la disfruteis.
CAPITULO TERCERO: LA BATALLA DE LA TORRE
-Hola Berni. –Hola José. Berni es uno de los abogados del bufete que lleva mi empresa, le explico el caso y me dice que las comunidades de vecinos tienen mucha fuerza, que la ley de la propiedad horizontal fuerte y tal y tal. –Léete la ley esta de antenas que te traigo. Después de unos minutos de estudio dice: -Jo macho esto lo cambia todo, no sabia que estabais tan bien cuidados por la ley. Esta pasa por encima de la otra totalmente. –Le explique lo que ocurrió con el abogado de los vecinos y no se lo podía creer. –¿Ese tío era abogado? –No sé, eso dijeron los vecinos. –Tu ya tienes el permiso de Teleco, no hay nada que te impida poner la antena, ponla y ya veremos que pasa después.
Llame a José Luis un amigo radioaficionado y montador de antenas, para que me ayudara en el montaje de la torre y demás, ya le había contado algo de del lío con los vecinos, pero él es experimentado y ya ha visto de todo. Procedemos a izar con cuerdas desde la terraza los tramos de torre, las antenas y los utensilios necesarios, cuando de pronto oigo voces gritar en la calle. Las vecinas del primero, tercero y cuarto están increpando a José Luis para que no suba mas artilugios, le grito desde arriba que no haga caso, unos ancianos sentados en un jardín próximo observan cariacontecidos el espectáculo, las señoras gritando a José Luis y a mí desde la calle. –Quietos, basta ya, no tenéis derecho, esto es un crimen un atropello. J.L. y yo como si no estuvieran, seguimos subiendo tramos de torre y antenas. Frustradas porque no las hacíamos caso, una salió del patio casi corriendo, amenazando que iba a buscar a su marido y “ya veríamos”.
Ya estabamos todos otra vez. Sábado por la mañana y todos juntos de nuevo. Se abre la puerta de la terraza y salen cual morlaco enfurecido a la arena directos hacia mí que estoy tirando de la cuerda. J.L. temiéndose lo peor y sabiendo que estoy solo sube corriendo por sí las moscas. Los ánimos están al rojo vivo, se masca la tragedia en el ambiente, insultos, gritos, achuchones, presión, me acorralan en un rincón de la terraza, yo con mis gafas de sol, mi gorra de los Bulls calada hasta las cejas, mantengo una expresión firme y seria mientras aguanto el chaparrón. –No me tocaran, pensaba yo, “por que la liamos”, ya no podía retroceder mas, notaba el aliento de los tres o cuatro que estaban en la avanzadilla, cuando abriéndose paso a empujones y pidiendo calma apareció José Luis. –¡Vale, vale, calma, calma!, Ya hemos terminado, no vamos a montar la antena solo ivamos a dejarlo todo aquí hasta que se aclare, ¿verdad José? –Si, si, claro, ya hemos terminado. –Por el momento, pense.
Después de los derroteros violentos a los que habían derivado los acontecimientos, decidí que la única forma de montar mi torre sin sufrir un linchamiento publico era “LA LEY”
Hablé con mi mujer, le dije a lo que nos exponíamos: malas caras, negación del saludo, rayitas en el coche y quien sabe que sorpresa desagradable mas con el resto del vecindario. –Estoy contigo mi amor, (es que es muy dulce, cuando quiere jejeje...) hasta el final, tanto si ganamos como si no. Era todo lo que necesitaba par estar más tranquilo conmigo mismo.
-Hola Berni. Ha pasado esto... -¡No jodas! ¿Tanto? –Si tanto y más, ¿qué hacemos? –Al juzgado directamente, estamos a finales de Julio, en Agosto es inhábil, para finales de año les llegara tu demanda. –¿Tanto? –Sí. –Bueno, que remedio.
CAPITULO CUARTO: LA BATALLA LEGAL
Primeros días de enero del 96. Y les llega el regalo de reyes en forma de demanda. Reunión urgente de vecinos (yo no). Me llama el dueño del piso, conocido por todos por ser del mismo pueblo como los demás. –José. –SI, dime. –Oye que no es para ponerse así, me han dicho que ya puedes poner la antena, que retires la demanda, la pones y todos tan amigos que no es para tanto. –Ya, ya, le contesto. –Yo quito la demanda hoy y ellos mañana me hacen la misma y se me ríen en la cara ellos y el juzgado, que se allanen a la demanda y arreglado. –No sé si querrán hacerlo, tienen que buscar un abogado que les cobraría y no lo harán. -–Pues luego les puede costar mucho más, tienen 15 días, adiós.
Finales de Febrero. Me llama mi abogado. –José. No se han allanado a la demanda y vamos a juicio. –¿Que puede durar? Pregunte. –Puede que un año o más. “PA MORIRSE”
La declaración se efectúo en el juzgado de paz, ante un juez de paz y un secretario. Llego el abogado de la parte contraria, y sorpresa no era el que les dijo que no veía nada. Era otro, al parecer más “famoso” en el pueblo.
Después de varias preguntas hechas del derecho y del revés pero que eran lo mismo terminamos. El abogado intentaba acojonarme haciéndome el increíble comentario: -“Yo aun no he perdido un juicio en segunda instancia”. –Este será el primero, respondí. La juez dijo: -“Con este abogado lo tienes fatal”. (La juez vive al lado de la finca.) –Que se le va hacer dije yo, ya sé vera. –El secretario también metió baza y comento: -“No sé, no sé, yo a José lo veo muy seguro”. –En el pueblo nos conocemos todos, pense.
Durante este largo periodo de espera, me dedique a otras actividades alternativas; me compre una IC-706 que instale en el móvil rápidamente, construi un juego de dipolos para expediciones y me eche al monte. Active varios castillos, islas de interior, concursos de VHF, dx/m, y algún faro. Entre los que destacaría, la isla de Calperet Lérida EA5TS/3, junto con EA5KB Pepe, EA3BT Josep, y EA3AOK Nuria. Isla de Las Balas ED2IDH, Huesca con EA5CCD Carlos, EB5AYO, Carmelo y otros. Castillo de Albarracin, yo sólito. ¡Ah! Se me olvidaba una rápida pasadita por la isla de La Toja que active con mucho gusto. Le hice un niño a mi mujer, etc. etc. esas cosas que hacemos los radiopitas para distraernos...
Mientras en mi QTH existía una habitación maldita, con todos los aparatos en su sitio pero sin antenas, sin chispas.
Junio de 1997. Nace mi segundo hijo, un varón, José, como su papa. Un mes después Julio de ese mismo año, me llama mi abogado. –Enhorabuena por el niño. –Gracias, respondí. –Y enhorabuena porque hemos ganado el asunto de la antena. ¡¡¡ BIIIIEEENN!!!. –Felices vacaciones, le dije. –Igualmente, pero aun pueden apelar y alargar esto mucho más, ven y hablaremos.
Al dia siguiente de la llamada de Berni, me presento en su despacho. Me explica que puedo pedir la aplicación inmediata de la sentencia, depositando la fianza equivalente a las posibles costas del juicio si lo perdiera en segunda instancia, 200.000.pts. del ala, que van a parar a un banco para yo poder montar la antena lo antes posible ya que la apelación puede tardar un año más.
Septiembre de 1997. Viene mi amigo José Luis el antenero un sábado por la mañana, todo parece tranquilo, tengo la aplicación inmediata de la sentencia en mi bolsillo y nos disponemos a montar la torre. La mañana transcurre sin mas, tenemos la torre terminada y estamos ensamblando la TH3, en eso, se abre la puerta de la terraza y sale a tender la vecina del tercero, al principio no cruzamos palabra pero se ve que no pudo aguantarse y vino hacia nosotros hecha una furia, me incorpore y la deje hablar. –Por que hayas sobornado y pagado a un juez, no creas que te saldrás con la tuya. Se dio la vuelta y se marcho. J.L. y yo nos miramos con cara de alucinados, levantamos los hombros y seguimos ensamblando. Al momento nos aparece el marido de la vecina anterior que sale por “ese pedaso de puerta, hecho un basilisco, con los puños apretados y cara de pocos amigos. –¡No te consiento que le grites a mi mujer, que no la grites, o té parto la cara! Resoplaba encolerizado. Me incorpore con mi gorra calada y mis gafas de sol, lo mire fijamente, con postura estable dispuesto a repeler una agresión mas que probable, le dije: “ no he hablado con tu mujer”. –Mentira, le has levantado la voz, le has gritado, te voy a .... –¡Cari cari! Espera. Era ella, su mujer, estaba escuchando tras la puerta. –Espera cariño, el no me ha dicho nada. –¿Cómo? ¿Entonces? Se le puso cara de contrariedad. –Déjalo y vámonos cari, ellos sólitos se fueron.
Aun me tiemblan las piernas, me dijo José Luis, te he visto muy sereno y aplomado, pensaba que os dabais de ostias, no se como te has aguantado. –El ser cinturón negro de judo te hace pensar que debe empezar el otro y no lo ha hecho, pero también tenia un buen susto, montamos la TH3 y lo dejamos ¿vale?. –Vale, dijo J.L. ¡qué mamón! Cinto negro, se rió. Quedo completa la torre, sin rotor, sin cables de bajada y con la TH3 en todo lo alto. Ya era un triunfo sobre la adversidad y los vecinos y en todo el pueblo se vería mi antena.
Cansado de tantas luchas vecinales, decidí que el resto de montaje, antenas rotor, coaxiales y bajadas las realizara una empresa del ramo conocida en Valencia y que aun, un poco cara, me evitara los disgustos anteriores.
Octubre de 1997. Vinieron los profesionales un día entre semana, no habían maridos. Cuando llegué a casa mi querida estación tenía chispas. Esa noche grité CQ.....
En los días siguientes fotocopié la ley de antenas y marqué en amarillo fosforito los párrafos que se refieren a todo el mal que le ocurra a la instalación radiante, “lo pagarán a partes iguales todos los vecinos de la comunidad” y se la entregué en mano al ahora sí presidente de la escalera. –Toma “que lo sepas”.
CAPITULO QUINTO: EL RESULTADO
Pasó el tiempo y por fin llegó la tan esperada noticia. Junio de 1999. Me llama Berni: “José, hemos ganado” ¡¡ALELUYA!! Ya era hora. Retiré del juzgado las envejecidas 200.000 ptas. y me fui a celebrarlo con mi mujer a un buen restaurante.
Sé que a la comunidad la “broma” les ha costado más de medio kilo, a mi mucho menos en pesetas, un retrovisor de la moto roto, alguna rayita que otra en el coche, y por supuesto, la enemistad de los vecinos.
Estamos en Agosto del año 2000 los vecinos siguen peleándose entre ellos por lo que tienen que pagar. Se han ido tres de los cuatro que eran, y yo me iré a principios del 2001 a un chaletito en el mismo pueblo, donde tendré mi piscinita, mi torrecita autoportante, mi log periodic, y sobre todo mi independencia del resto del mundo.
¿Habrá valido la pena pelear 5 años por mis derechos?
AGRADECIMIENTOS
A la Unión de Radioaficionados Españoles, su celeridad en mandarme toda la información que necesité en el juicio.
A José Luis, EA5YC ex EA5DEQ ex EC5CPG, por los malos ratos que le hice pasar.
A los colegas que se vinieron conmigo o yo con ellos a expediciones para que no me aburriera.
Y a mi mujer.
EA5TS José
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